Cierto día de la semana pasada desperté con un grado de melancolía sabrosa… de esas veces que abre los ojos y te sientes trovador bohemio y poeta de miles de letras, así que tome mi desayuno, mal tragado con pan duro, una rebanada de queso y un vaso de tinto.
Salí al balcón de mi casa y prendí la pipa de los humos exquisitos, mientras me sentaba a ver la quietud de la barda del vecino de enfrente.
Regrese a mi cuarto, la cama distendida me recordó a los sueños ilimitados que tuve aquella noche, las cobijas hechas nudo me recordaron las montañas que vieron nacer mi despertar y en donde quiero terminar mis días.
y así como un mándala que se borra así se esfumaron esas ideas al tender mi cama.
Subí las escaleras y prendí el computador…
Edgar, órnelas , delgadillo, malo , mago y Juárez me acompañaron esa mañana con sus letras e historias diarias hechas música y letras.
e ahí en donde regrese a mi pequeña cocina y me prepare un café , ese elixir consejero que me eleva la mente y me mantiene tranquilo.
Justo a la mitad de la taza, recordé una vieja canción que llevo arrastrando desde hace días, una historia que me gustaría volver a escribir, una historia que de vuelco a mi vida para que fluya con más rapidez.
Esta canción es la siguiente… espero y la disfruten tanto como yo ese día,
sin más ni más y tarareando tal canción llegue a estudiar, trazaba pinceladas, buscaba armonía y composición en mis trazos, mis pinceles eran como piedras, mi cámara un tronco, mi mente quedo pegada a mis bocinas, mi cerebro a la cafeína y mi boca al tabaco… y así fue hasta mi regreso, de nuevo a la realidad, a ver mi cocina, destender mi cama, y ver que no estabas.
Solo recuerdo ya dormido que mi almohada olía a café.
En realidad no quería dejar pasar esta oportunidad de plasmar lo sutil que puede volverse un día en compañía de un buen café y un trovador.
Feliz arado espacial !! ^^
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